No creo que sea recomendable la utilización de simuladores de Bolsa
|Es entendible que mucha gente quiera probar con simuladores de Bolsa antes de empezar a invertir su dinero, porque aparentemente es una buena forma de proteger el dinero real, y de actuar con prudencia.
Lo que sucede es que en la práctica no es posible simular el comportamiento de la Bolsa y de la forma de actuar de las personas ante la evolución de los acontecimientos.
Si un inversor quiere invertir a largo plazo, no va a encontrar nada que simule ese tipo de inversión. Los simuladores de Bolsa son simuladores de trading a corto plazo, que sirven para comprar y vender acciones con frecuencia.
Una decisión de inversión a largo plazo no es buena o mala porque las cotizaciones suban o bajan en las siguientes horas, días o semanas. Una inversión a largo plazo será buena si nos hace ganar poder adquisitivo en las próximas décadas, y mala si nos lo hace perder. El problema es que eso no es “simulable” de ninguna forma, y por tanto no nos va a servir de nada utilizar un simulador pensado para comprar y vender acciones con frecuencia.
En el caso de las personas que estén pensando hacer trading a corto plazo, los simuladores sí tienen más sentido, porque están pensados para desarrollar esta actividad. Pero aún así tampoco los recomiendo, porque el factor psicológico es totalmente distinto según estemos operando con dinero real o con dinero ficticio.
El factor clave para ganar dinero con el trading a corto plazo es la psicología, porque cuando el dinero real está en juego, la presión aumenta con cada cambio de las cotizaciones. Y es bajo esa presión como hay que tomar las decisiones que harán ganar o perder dinero real.
Con el dinero ficticio esa presión desaparece. Aunque pueda no parecerlo, eso hace que todo el proceso de toma de decisiones cambie completamente, de forma que los resultados que se obtengan con un simulador no son extrapolables en absoluto a los resultados que se puedan obtener después operando con dinero real.
Es muy lógico pensar que “si con el simulador he ganado dinero, cuando opere con mi dinero también lo ganaré”, pero es poco probable que así sea. Es mucho más fácil ganar dinero sin esa presión psicológica que cuando es el dinero real el que va y viene a cada segundo.
Otro de los peligros de los simuladores es que es fácil autoengañarse, anulando operaciones que salen mal “porque en realidad esta no la habría hecho porque …..”, etc. Esto da una imagen falsa de lo bien o mal que se están haciendo las cosas realmente, y eso suele llevar a perder dinero cuando se utiliza dinero real.
Por último, los simuladores inducen a pensar que la forma correcta de invertir en Bolsa es comprar y vender acciones con frecuencia, intentado adivinar las subidas y las bajadas de las cotizaciones. Pero la realidad es que la mayoría de la gente que opera de esta forma acaba perdiendo dinero, mientras que la inmensa mayoría de la gente que invierte en Bolsa a largo plazo no sólo gana dinero, sino que obtiene rentabilidad muy buenas en plazos largos de tiempo.