Qué son los bonos convertibles y para qué tipo de inversores son adecuados
|Un bono convertible es un bono (un producto de renta fija) que puede convertirse en acciones (un producto de renta variable).
Lo más importante que hay que mirar es si la conversión del bono en acciones es voluntaria, a decisión de la persona que compra el bono convertible, u obligatoria.
Si es obligatoria, entonces ese bono convertible no es un producto de renta fija, sino de renta variable. Porque antes o después la persona que compre el bono pasará a tener, sí o sí, acciones. Los bonos obligatoriamente convertibles son, por tanto, productos de renta variable, no de renta fija, y no deberían venderse como productos de renta fija, sino de renta variable. Los bonos obligatoriamente convertibles son una forma enrevesada de comprar acciones. Puede haber ocasiones en que los bonos obligatoriamente convertibles sean interesantes para algún inversor experimentado, pero en general no son interesantes, porque si se quieren comprar acciones de una empresa, generalmente es mejor comprar las acciones directamente en lugar de hacerlo de forma diferida a través del bono obligatoriamente convertible. En cualquier caso, los bonos obligatoriamente convertibles no son adecuados para inversores con poca experiencia.
Los bonos convertibles “normales” son aquellos en los que es el propietario del bono quien elige si lo quiere convertir en acciones o no. Estos bonos sí son adecuados para todo tipo de inversores, ya que si el canje por acciones no es interesante, basta simplemente con no realizar el canje para recibir el dinero aportado.
Supongamos que Ana compra un bono convertible de Telefónica que le cuesta 1.000 euros. El bono le paga un interés del 5% anual, y es convertible en acciones de Telefónica a un precio de 20 euros la acción.
Ana recibe 50 euros de intereses (el 5% de 1.000) por cada uno de los 3 años. En total, 150 euros de intereses. Y al cumplirse los 3 años Ana puede elegir entre recibir los 1.000 euros que invirtió o recibir 50 acciones de Telefónica (1.000 / 20).
Si Telefónica cotiza a 12 euros, Ana elegirá que le devuelvan sus 1.000 euros, ya que no tiene sentido que compre acciones de Telefónica a 20 euros mientras cotizan a 12 euros en el mercado. Si Ana quisiera comprar acciones de Telefónica en ese momento, lo que haría es pedir que le den sus 1.000 euros y con ellos ir al mercado y comprar 80 acciones de Telefónica a 12,50 euros (1.000 / 12,50 = 80), con lo que tendría 30 acciones más de Telefónica que si convierte el bono a 20 euros la acción.
Pero si Telefónica cotiza a 25 euros, entonces Ana debe elegir la opción de convertir el bono en acciones.
Si quiere mantener las acciones, al convertir el bono obtendrá 50 acciones, que son 10 acciones más de las que tendría si pide sus 1.000 euros y los utiliza para comprar acciones de Telefónica en el mercado (1.000 / 25 = 40).
Y si no quiere mantener las acciones de Telefónica, según le den sus 50 acciones las venderá en el mercado a 25 euros, obteniendo por ellas 1.250 euros, 250 euros más que si no hubiera convertido su bono en acciones.
Por eso los bonos convertibles “normales” son adecuados para todos los inversores. Porque si interesa hacer la conversión, se hace, y si no interesa hacer la conversión, no se hace.